El Pro vive un proceso de reestructuración interna y su dirigencia prioriza ordenar el espacio antes de analizar una convergencia con La Libertad Avanza (LLA). Con la postulación implícita de Mauricio Macri para conducir el partido a nivel nacional, los “amarillos” dan por hecho que el exmandatario se convertirá en el sucesor de Patricia Bullrich -presidenta en uso de licencia- y nadie descarta la escisión de Horacio Rodríguez Larreta, quien podría intentar el armado de un espacio propio.
“Mauricio va a ser el titular del partido porque alrededor de un 80% de nosotros lo sigue reconociendo como jefe”, resumió un dirigente de Pro. En el mismo sentido se expresó el vicepresidente del partido, Federico Angelini, quien en una entrevista radial sostuvo que “probablemente Macri será el próximo presidente de Pro”.
Son horas decisivas para el espacio no solo porque falta poco más de un mes para el cierre de las listas internas, sino porque en paralelo se evalúa la posibilidad de avanzar en un acuerdo político con el oficialismo.
Si bien en principio se habla de confluir en el Congreso, en Pro piden que eso tenga un correlato dentro del gobierno. “No es un pedido de cargos. Creemos que hay cosas que se tienen que mejorar. No hubo profesionalismo [para trabajar el proyecto de ley ómnibus], no supieron manejar los tiempos de la Cámara y no conocen el reglamento”, explicó un experimentado legislador Pro.
Es decir, los macristas condicionan la sumatoria de fuerzas parlamentarias a un mayor margen de acción para evitar otros traspiés y asegurarse que prosperen las iniciativas que proponga el Poder Ejecutivo. “Hay que aumentar el volumen político”, analizan.
En este esquema, mencionan a Cristian Ritondo -jefe del bloque Pro en Diputados- para presidir la Cámara baja. Su nombre también sonó para conducir un eventual interbloque con LLA, pero eso no termina de cerrar en el espacio fundado por Macri. “Tiene que haber un acuerdo arriba”, sentencian. No obstante, el recambio de autoridades del cuerpo requerirá del consenso con otras fuerzas para volver a reunir los votos suficientes para nombrar a un nuevo titular. “No es tan fácil”, advierten.
El bloque Pro le planteó al presidente de Diputados, Martín Menem, “la necesidad de que el Congreso funcione” tras el naufragio del proyecto de ley ómnibus. Lo mismo dijo públicamente María Eugenia Vidal, quien destacó que si bien la bancada que conduce Ritondo “comparte el rumbo económico” que lleva el presidente Javier Milei, difieren en el cómo. “Defendemos la institucionalidad”, indicó la exgobernadora, y agregó que es importante poder expresar “lo que no vemos bien”.
El futuro de Larreta
La posible convergencia de Pro y LLA dejaría mal parado a Horacio Rodríguez Larreta, quien ya tiene en su haber varios contrapuntos públicos con Milei. El último se dio la semana pasada cuando se conoció la vuelta a fojas cero del proyecto de “Ley de Bases”, suceso que motorizó un tuit del exjefe de Gobierno porteño en el que, irónicamente, destacó “¡Viva el consenso, carajo!”.
Por eso, una considerable porción del arco político de Pro considera que, de profundizarse el vínculo con el oficialismo, el exalcalde se desvinculará del partido y generará un armado propio. “Veo difícil que Rodríguez Larreta siga en el Pro”, dijo Angelini en Radio Con Vos. “No se va a quedar para ser furgón de cola de Mauricio”, sumó otro dirigente amarillo.
La incógnita que surge es si esta escisión podría derivar en un desgranamiento de diputados cercanos a Rodríguez Larreta del bloque Pro. Es que de los 37 que hoy conforman esa bancada, alrededor de cinco comparten una afinidad política con el exalcalde y lo apoyaron en sus aspiraciones presidenciales. Silvia Lospennato y Álvaro González son algunos de estos referentes.
En tanto, se espera que las conversaciones para ordenar el espacio y otorgarle “nitidez” a sus propuestas se den la semana que viene con el retorno de Macri a Buenos Aires.
Lo cierto es que a pesar de no haber concretado un encuentro cara a cara, Macri y Milei están en permanente contacto telefónico para acercar posiciones.
El cómo abordar este entendimiento es crucial para el expresidente, quien pide “institucionalidad” para evitar que parte de su dirigencia quede en offside, tal como sucedió en diciembre pasado cuando el libertario desembarcó en la Casa Rosada.