El Tribunal Superior de Londres autorizó este lunes al periodista australiano Julian Assange a recurrir en otra audiencia futura dos de las tres garantías ofrecidas por Estados Unidos sobre el tratamiento que recibiría si fuera extraditado a ese país.
De esta manera, la Justicia británica acepta lo solicitado por la defensa del fundador de WikiLeaks. Este lunes, el abogado Edward Fitzgerald había pedido que se rechazasen las garantías ofrecidas por Estados Unidos sobre el tratamiento que recibirá si es extraditado a ese país, al insistir en que será discriminado en un eventual juicio por su nacionalidad no estadounidense.
Así, el letrado ha aducido que Washington no garantizó de forma satisfactoria en una comunicación a la corte el pasado marzo que Assange, que es australiano, vaya a poder ampararse en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la libertad de expresión.
En su nota diplomática de “garantías”, el Gobierno de Estados Unidos dijo entonces que el fundador de WikiLeaks podrá “intentar plantear” como defensa la Primera Enmienda, pero matizó que corresponderá a la Justicia estadounidense determinar si se le aplica o no.
Fitzgerald ha recordado que el fiscal estadounidense del caso, Gordon Kromberg, ya avisó de que él podría esgrimir como argumento que “los ciudadanos extranjeros no tienen derecho a la protección bajo la Primera Enmienda, al menos en lo que se refiere a información de defensa”.
El equipo legal de Assange, que no ha podido asistir a la vista por cuestiones de salud, sí ha considerado válida, como el tribunal, la garantía de EE.UU. de que no se le aplicará la pena de muerte.
En su turno de palabra, el fiscal británico James Lewis —que representa a Washington en este proceso— ha rebatido que Assange tendrá garantizados todos los derechos procesales en Estados Unidos en base al principio de “no discriminación” de la Constitución estadounidense.
Lewis también ha argumentado que, aunque un juez estadounidense podría tener en cuenta “la ciudadanía” de un imputado a la hora de decidir si se le aplica la Primera Enmienda, “la nacionalidad (lugar de nacimiento) no es una consideración”.
Según él, el argumento de Washington es que, independientemente de la cuestión de ciudadanía o nacionalidad, “la conducta imputada de revelar nombres de fuentes y ponerlas en riesgo inminente de daño no está cubierta por la Primera Enmienda”.
Estados Unidos reclama al programador informático para juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de WikiLeaks, que en 2010 y 2011 expuso violaciones de derechos humanos del Ejército estadounidense en las guerras de Irak y Afganistán.
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