El Cometa C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS viene prometiendo un espectáculo celestial memorable cuando se acerque al sol y la tierra entre fines de septiembre e inicios de octubre. Actualmente, se encuentra más allá de la órbita de Júpiter y sólo se lo puede distinguir con potentes telescopios gracias a su especial brillo.
Este cometa no se había acercado a la Tierra en 26.000 años y le lleva 200 años orbitar. Astrónomos y aficionados con telescopios y cámaras fotográficas lo esperan, cercano y bien luminoso, para tenerlo en la mira el 2 de octubre, cuando se aproxime a tan solo 0.56 unidades astronómicas de la Tierra, equivalentes a unos 83.774,807 kilómetros.
El hemisferio sur tendrá mejores oportunidades para observar su brillo máximo de magnitud 2, que deberá ser buscado entre las constelaciones de Virgo y Leo, apenas por sobre el horizonte, con la orientación sudoeste y oeste, justo debajo de Heze y al norte de Spica, la estrella más luminosa de esa constelación. Proviene de la Nube de Oort, una región lejana del sistema solar, y su brilloso núcleo, que varía entre 6 y 15 kilómetros, viaja a una velocidad de 290.664 kilómetros por hora.
Luces naranjas sobre su integridad
Pero se han encendido luces naranjas entre los científicos sobre qué sucederá cuando alcance su perihelio (el punto más cercano al Sol) el 27 de septiembre, a una distancia de 58 millones de kilómetros, similar a la de Mercurio y el Sol, según detalla el portal Science. Un artículo técnico, publicado el 9 de julio por el reconocido experto en disolución de cometas, Dr. Zdenek Sekanina, señala que se partirá antes de que llegue a aproximarse a nuestro planeta.
Los cometas son cuerpos celestes compuestos principalmente de hielo, polvo y rocas, que orbitan alrededor del Sol en trayectorias elípticas. Sus colas brillantes se forman cuando se acercan al Sol y el calor sublima el hielo, liberando gas y polvo al espacio.
El experto señala que estas afirmaciones se basan en el desarrollo que ha tenido el cometa hasta el 9 de julio. El primer problema identificado es la incapacidad de este cometa para brillar a una distancia heliocéntrica superior a 2 UA, unos 160 días antes del perihelio, acompañado de una fuerte caída en la producción de polvo (Af\rho ).
Asegura que la anomalía de la curva de luz que se puede observar en el cometa se debe a que el núcleo del Tsuchinshan-Atlas (C/2023 A3) se encuentra fracturado, el cual está siendo afectado por una aceleración no gravitacional.
Joseph Marcus, un patólogo con gran interés por los cometas y quien se encontraba bastante emocionado por la oportunidad de ver el Tsuchinshan-Atlas (C/2023 A3) sin necesidad de algún telescopio, parece coincidir también con el Dr. Sekanina, de acuerdo con Science.
Argumentos en contrapartida
También hay expertos que aseguran que el cometa se encuentra en perfectas condiciones, y que no hay evidencia de aceleraciones no gravitacionales. Uno de ellos es el director de la Sección de Cometas de la Asociación de Astronomía Británica, Nick James, quien asegura que el artículo del Dr. Sekanina es fascinante pero que no ve evidencias de fragmentación.
Comparte esta opinión el Dr. Clay Sherrod, del Observatorio de Arkansas en la montaña Petit Jean.
Un astrónomo amateur que vive en Lviv (Ucrania) y que disfruta de fotografiar diversos objetos celestiales como los cometas, Taras Prystavski, dijo que “algunas imágenes revelan una cola de iones, pero es bastante débil. Indica que el núcleo del cometa está saludable
Hay antecedentes que abonan el optimismo. En noviembre del 2011, el astrónomo amateur, Terry Lovejoy, descubrió un pequeño cometa, cuyo núcleo apenas alcanzaba los 500 metros en diámetro, y que pasaría a 140,000 kilómetros del sol. No se esperaba que éste sobreviviera y, a pesar de eso, sí lo hizo.
NA