La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, encabezó este martes un acto de conmemoración de las “víctimas del terrorismo” en el Salón Azul del Senado nacional, respecto a los crímenes cometidos entre los años 1969 y 1979.
La titular del Senado aseguró que “ésta ha sido la lucha más importante de mi vida”, asumiendo “el compromiso por la memoria completa desde los 28 años.
“No sería la misma persona hoy si no hubiese persistido en esta batalla tan desigual contra lo más oscuro de la maldad humana”, manifestó en su discurso en el que estuvieron presentes el exministro de Derechos Humanos Claudio Avruj, la excandidata a vicepresidenta Cynthia Hotton, el presidente de la DAIA Jorge Knoblovits, el funcionario de Inteligencia, Juan Bautista Yofre; el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, entre otros.
“Esto es un logro inmenso que es una parte más del largo camino hacia la justicia, la verdad y la reparación”, dijo la vicepresidenta, quien adelantó que el Gobierno trabajará en la reapertura de todas las causas que involucren crímenes cometidos por grupos civiles durante la década del 70 “para que sea la Justicia la que haga la que debió hacer hace más de 20 años”.
Al respecto hizo mención especial por los Montoneros, una organización guerrillera autodefinida como la “resistencia peronista” que ganó terreno entre las décadas de 1960 y de 1970. En ese sentido, Villarruel consideró que todos sus integrantes “tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación”, y que “solo con los asesinos en las cárceles podremos, en la unidad y el deber cumplido, poner a nuestra amada Argentina de pie”.
Lo que estamos compartiendo en este salón era impensado hace 20 años”, destacó.
Para Villarruel, “que estemos homenajeando a las víctimas del terrorismo parecía algo imposible en un país donde desde el Estado vanagloriaban los crímenes atroces del terrorismo”.
“Hace más de cuatro décadas, grupos terroristas asesinaron, pusieron bombas, secuestraron, lastimaron y aterrorizaron a miles de argentinos, extranjeros, adultos y niños, peronistas, radicales, personas apolíticas, civiles, uniformados, gente pudiente y muy humilde a la que usaron de excusa para lograr la disolución nacional, la desunión entre los argentinos y que flameara un trapo rojo ajeno a nuestras costumbres tradicionales a lo que la Patria argentina es, fue y será”, añadió.
En tanto, detalló que un total de “17.380 personas fueron salvajemente agredidas” y “cruelmente olvidadas para que sus asesinos” quienes “vivieron tranquilos al amparo de una clase política que los protegió y les garantizó nunca pisar una cárcel pese a la sangre inocente que derramaron”.
“Argentina merece no ser un nido de impunidad, y para ello hace falta que construyamos los cimientos que derrumben la injusticia”, dijo la vicepresidenta. Y añadió: “permítanme mirar atrás con orgullo por haber desafiado la historia oficial y hacerlo en nombre de los inocentes a los que les arrancaron la vida y el recuerdo. Porque hasta eso les quitaron el derecho, a ser recordados y amados por el resto del pueblo”.
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