La novedad más importante del testimonio de Tamara Yañez es que se trató de la primera testigo del caso iniciado por la ex primera dama que declara haber visto violencia física. Hasta ahora, las pruebas reunidas tendieron a confirmar hechos denunciados, como la existencia del ojo morado, o de chats en los que se hablaba de golpes, pero este lunes, en la fiscalía de Ramiro González, alguien dijo que comprobó visualmente el nexo causal entre las lastimaduras que Yañez podía mostrar en el cuerpo y lo que lo causó. Tamara, bajo juramento de decir la verdad, contó que vio a Alberto Fernández zamarrear a su exmujer.
“Fue en la casa del chalet presidencial, era de noche”, apuntó. “Yo estaba con mi hija de 7 u 8 años. Nosotras ya estábamos en la habitación que después fue de Francisco. Yo tenía la puerta de la habitación cerrada y empecé a escuchar gritos de Alberto, subo el volumen de la televisión porque estaba mi hija y no estaba dormida. Me puso nerviosa la situación que no paraba, me fui a baño y empecé a cepillarme los dientes con la puerta del baño abierta y mi hermana abre la puerta de ingreso a la habitación yo la miro y él viene, la agarra del brazo y se la lleva a su habitación. La agarró del brazo fuerte y le dijo ‘vení’”.
“La habitación en la que nosotras estábamos mi hermana la utilizaba para irse cuando había problemas de discusiones grandes con Alberto. Es más, la llave de la puerta de esa habitación está del lado de adentro, porque ella se encerraba ahí. Entre la habitación presidencial y la nuestra estaba el ascensor. Además, pegado a la habitación presidencial está el montacargas. Todo eso genera ruido. Y los gritos se escuchaban muy fuerte”, dijo, y luego dibujó un boceto de las habitaciones.
Tamara es, además, la primera persona que declaró tener conocimiento en simultáneo a los hechos de que Fernández impulsó a Yañez a hacerse un aborto. “Un día me llama y me dice, en 2016, ´tengo una noticia´ y ahí me cuenta del embarazo. Sabíamos que mi hermana, como toda mujer, quería tener un hijo. Cuatro o cinco días después, no recuerdo exacto, me llama y me dice que no iba a poder ser, que lo tenía que suspender”, contó Tamara. El día siguiente recibió a su hermana en San Lorenzo, Santa Fe, donde residía la familia en ese momento. Fabiola se fue a verlos por “la angustia y tristeza” que sentía. Sin embargo, no ahondó más en cuanto a cómo se dio la instigación, o cómo se concretó la interrupción del embarazo.
La hermana expresó estar en desacuerdo con la relación de la pareja. “Siempre me llamaba quejándose. Entonces, un día lo llamé desde mi teléfono al teléfono de él y le dije que me parecía mal porque mi hermana me llamaba quejándose, eran lamentos, contándome sus maltratos constantes. Él lo único que me dijo es que ‘vos sos una pendeja impertinente, con vos no hablo’ y cortó el teléfono. Tamara dijo que esa fue su primera y casi única discusión con él. Posterior a estos hechos, Fabiola se mudó a Londres por seis meses y, según su hermana, Fernández la llamaba a su madre para que traiga a su exnovia de vuelta al país.
En 2017, Tamara se fue a vivir a Misiones. Allí recibió a Fabiola “un día de junio de 2021″. “En una visita llega de noche a mi casa, cenamos, dormimos”, contó. En ese momento, aseguró que no se le notaba nada en la cara pero que “a la mañana yo tenía la costumbre de llevarle desayuno a la cama con un jugo. Ese día, cuando entro a la habitación, le veo el ojo morado, todavía no negro y le pregunto qué le pasó y me dice que había discutido con Alberto, era de noche, estaban en la cama y que Alberto le pegó un manotazo”. La explicación que dedujo Tamara es que tenía que ver con otra mujer, porque siempre había discusiones por infidelidades.
Sobre hechos de violencia verbal, dijo que eran permanentes, particularmente [para] hacerla callar en una mesa o dejarla atrás mientras caminaban. Relató, en ese momento, un hecho nuevo: “Me acuerdo de una sesión de fotos que quería hacer Alberto con Francisquito, era un día de mucho frío, esto fue en Chapadmalal, él estaba enceguecido que las fotos se tenían que hacer igual a pesar del frío. Se tenía que hacer sí o sí. Estaba el fotógrafo y otra persona que caminaba atrás del fotógrafo, puede ser un asistente. Alberto empieza a irse con el nene y le dice a los gritos a Fabiola ‘dale apurate que vos también tenés que salir en la foto’”.
Por todas estas situaciones, Tamara aseguró que ella y su madre le temían a Alberto. “Él siempre se jactó de que era presidente y no le podíamos decir nada. Todo lo que nosotras decíamos estaba mal, que no era así y había que darle la razón porque él era el presidente. Teníamos miedo. Mi mamá decía que nos teníamos que cuidar”.
Tamara dijo que escuchó gritos de Alberto a través del teléfono y que Fabiola mintió sobre el origen del moretón en su ojo para cuidarlo a él. Sobre si hubo violencia cuando ella estaba embarazada, Tamara declaró que no sabía con exactitud, pero que había que “sacar las cuentas” porque pudo haber habido zamarreos cuando ella estaba de un mes o semanas.
Durante la declaración hubo una sola oposición. En este caso, lo que es inusual respecto de los otros siete testimonios realizados hasta el momento, fue de la querella. Mariana Gallego, abogada de Fabiola, se opuso a una pregunta respecto de si Tamara sabía si Fabiola estaba embarazada en enero de 2017. La justificación fue que no formaba parte de los hechos denunciados que son materia de investigación y que pertenecen a la intimidad de la denunciante, que no ventiló esas cuestiones. La defensa de Fernández fundamentó la pregunta en que podía realizarse por pruebas que habían sido introducidas a pedido de la fiscalía. González aceptó el pedido de la querella, y Tamara no respondió.