Aunque algunos ansiosos se preguntaron después del 0-0 ante Independiente cuándo asumía Marcelo Gallardo, el River de Muñeco está tan vivo que este miércoles ganó dos partidos en uno: en 90 minutos eliminó a Colo Colo para llegar a las semifinales de la Copa Libertadores y volvió a golpear a Boca, que esperaba un triunfo chileno para disminuir los daños del histórico Suplentazo de la Bombonera, derrotado por un equipo alternativo y envuelto en peleas entre su capitán y los hinchas.
Tras una actuación muy seria ante el equipo del simpático Arturo Vidal, un River acaso con poco brillo pero con un gen competitivo que recuerda al campeón de 2015 -más sólido en defensa que brillante en ataque- quedó a tres partidos de la eventual quinta Copa Libertadores para la historia del club, dos de los cuales serían en el Monumental, la semifinal de vuelta y la posible final. Más que un tren en movimiento, como dijo Gallardo en su asunción, ya es un avión que levantó vuelo.
No hay Libertadores sin sufrimiento y River se llevó una serie muy brava con el apoyo de un Monumental que parece indomable: desde sus refacciones hasta albergar a 86.000 hinchas, tanto el equipo de Martín Demichelis como el de Gallardo suman nueve partidos con nueve triunfos entre las Copas 2023 y 2024. No es un dato menor para lo que viene.
El Muñeco ya no sólo parece haber encontrado el equipo -está invicto en los 12 partidos que lleva desde su regreso- sino que también dispone de un plantel confiable, o al menos la brecha entre titulares y suplentes se acortó considerablemente. Entre la Bombonera y la revancha ante los chilenos, Facundo Colidio silenció las dudas que había generado, González Pirez jugó acaso los dos mejores partidos de su estadía en River, Manuel Lanzini ya está recuperado, Nacho Fernández demostró que puede jugar 90 minutos como si tuviera cinco años menos y Nicolás Fonseca se recibió de recambio posible.
Sostenido en tres campeones del mundo imperiales, Marcos Acuña, Germán Pezzella y Franco Armani, River vivió cuatro días que como mínimo se festejarán durante los próximos 30 días, hasta las semifinales de la Copa. Si un director de cine hubiese ofrecido esta película entre el sábado y el martes, a muchos les habría parecido una exageración. Pero River tiene un guionista de la felicidad, y se llama Marcelo Gallardo, el técnico capaz de ganar con titulares y con suplentes.