Octubre dejó la vara muy alta para el frente cambiario. Y noviembre arranca con la presión de mantener, al menos, dos tendencias: la baja del dólar paralelo y la acumulación de reservas por parte del Banco Central (BCRA).
Los ingresos de dólares en efectivo por la primera etapa del blanqueo explicaron buena parte de la dinámica externa de octubre y el final de esa fase -prorrogada ahora hasta el 8 de noviembre- es uno de los grandes interrogantes. A eso se sumó la baja de tasas que definió el BCRA el último viernes y que tendrá impacto en algunas de las otras tasas del sistema financiero. Para complicar las cosas un poco más, el próximo martes habrá elecciones en Estados Unidos y no se pueden descartar shocks externos.
En ese contexto, son varias las preguntas que surgen en el mercado. ¿Los inversores seguirán confiando en el peso o querrán pasarse a dólares? ¿Seguirá contenida la demanda de importaciones? ¿Los exportadores continuarán aportando divisas a buen ritmo? ¿Los préstamos en dólares prolongarán su expansión?
En líneas generales, los economistas apuntan que hay algunos riesgos, pero descartan un salto abrupto del dólar este mes. Un termómetro de eso es el mercado de dólar futuro. En MatbaRofex la posición a fin de noviembre para el tipo de cambio oficial mayorista cerró el viernes en $1018. Esa cifra significaría una suba de 2,75% en el mes y, si bien está ligeramente por encima del ritmo de devaluación que mantiene el Gobierno, no implicaría una suba de gran magnitud.
Qué pasará con el dólar después de la baja de tasas
Uno de los riesgos que aparecen en el horizonte cambiario es que la baja de tasas lleve a algunos inversores a desarmar las estrategias para hacer carry trade con activos en moneda local y obtener una ganancia en dólares por la diferencia que había entre la devaluación y los retornos en pesos.
Si eso sucediera, los tipos de cambio financieros tendrían más demanda y subirían. “El ajuste en la tasa podría tener algún efecto al alza para los dólares financieros, en la medida que se traslade a toda la estructura de tasa en pesos”, apuntó Pablo Repetto, jefe de research de Aurum.
De todos modos, el analista agregó que la suba sería moderada, dado que la oferta de dólares por la liquidación de exportaciones o de préstamos en moneda extranjera continuará, tanto en el mercado oficial como en la Bolsa.
“Uno debería estar esperando que los dólares financieros empiecen a subir para acompañar a la inflación. Sin embargo, también influye la oferta del blend que puede seguir firme porque los créditos en dólares se liquidan en un 20% en el tipo de cambio financiero. Esa oferta adicional está presente permanentemente y tiene un efecto grande para mantener acotadas las cotizaciones”, explicó.
Desde Outlier, en cambio, resaltaron que la baja de tasas en pesos le restó incentivos a la liquidación de exportaciones porque dejó los rendimientos en moneda local muy cerca del ritmo de devaluación. Por ello, indicaron que un paso lógico para mitigar ese efecto sería desacelerar todavía más el deslizamiento del tipo de cambio oficial, algo que el Gobierno también podría aprovechar para consolidar la baja de la inflación.
Por su parte, Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas, no proyectó grandes cambios en la estrategia de inversión y consideró que los tipos de cambio paralelos pueden mantenerse estables debajo de los $1200 o, incluso, ceder un poco más. Entre otras cosas, argumentó que la baja cantidad de pesos desactiva alguno de los factores que podrían generar presión sobre los dólares financieros.
“Con este sesgo fiscal y monetario, donde la tasa de interés en pesos es levemente positiva en términos reales y mucho más medida en dólares al tipo de cambio oficial, que se mueve un 2% por mes, la estrategia de carry seguramente se mantendrá. En ese sentido, podríamos seguir viendo oferta neta de divisas, con dólares financieros estables o tendencia levemente hacia abajo”, indicó.
Las reservas sufrirán por pagos internacionales
Con respecto a la dinámica de reservas, el BCRA sorprendió con compras por US$1530 millones en octubre, pero noviembre trae varios desafíos para la acumulación de divisas. En los próximos días, se le pagarán US$800 millones al FMI. A eso se sumará el impacto de la compra de US$2700 millones que el Tesoro anunció para asegurar el pago de deuda de enero.
En materia de Bopreales, vencerá la cuota mensual de US$167 millones de la serie dos y habrá un pago de capital. “Un aspecto relevante a considerar en el cálculo de esta variable es que, a partir de noviembre, se incluirá el próximo pago de capital del Bopreal Serie 3 (que vence en noviembre de 2025) por aproximadamente US$3000 millones”, puntualizaron en LCG.
La misma consultora indicó que, según datos de la Secretaría de Finanzas (hasta junio), en noviembre deberán abonarse US$240 millones en capital y US$210 millones en intereses a organismos internacionales.
Por el lado opuesto de la ecuación, LCG consideró que el blanqueo todavía puede seguir impulsando las arcas del BCRA porque el aumento de depósitos -que el Gobierno estimó en US$20.000 millones- todavía no se sintió completamente en las reservas brutas por medio de los encajes.