“Final anticipada” es un concepto que se utiliza con mucha frecuencia y bastante ligereza en el mundillo del fútbol para hacer referencia a un enfrentamiento en una instancia no definitoria entre dos conjuntos que, por su potencial, estarían facultados para llegar hasta el último cruce de un certamen. Esta vez, la etiqueta pareció adherirse a la perfección al partidazo que París Saint-Germain le ganó 2 a 0 a Bayern Múnich y que permitió a los franceses acceder a las semifinales del Mundial de Clubes.
El gigante alemán y el ganador de la última edición de la Champions League regalaron un espectáculo de altísimo nivel, uno de los mejores que ha ofrecido el torneo hasta el momento, para el regocijo de los 66.937 espectadores que se reunieron en el Mercedes Benz Stadium, el moderno recinto que suele albergar los partidos de Atlanta Falcons, de la National Football League (NFL), y también los de Atlanta United, de la Major League Soccer (MLS).
Pese a no poder plasmarlo en el marcador, el elenco dirigido por el belga Vincent Kompany, que había eliminado a Flamengo en los octavos de final, dejó una mejor imagen en el primer tiempo. Con una presión intensa en el terreno rival, neutralizó a los mediocampistas del equipo de Luis Enrique y, con la pelota en su poder, desplegó un juego dinámico e hizo trabajar a Gianluigi Donnarumma. El arquero respondió muy bien frente a un potente derechazo de Michael Olise y también ante un envío venenoso de Aleksandar Pavlovic que tenía destino de arco.
También Donnarumma fue el involuntario protagonista de la maniobra más desafortunada del partido. Cuando se disputaba el último de los tres minutos añadidos al primer período por el árbitro inglés Anthony Taylor, el guardavalla fue al suelo a buscar un balón y chocó con Jamal Musiala. El delantero alemán cayó y enseguida quedó claro que la lesión en su tobillo izquierdo era grave. Acompañado por los rostros sobrecogidos de sus compañeros y del mismo Donnarumma, fue retirado en camilla y ya no regresó al terreno.

En ese capítulo inicial, su colega Manuel Neuer también mostró seguridad cuando fue convocado a trabajar por un adversario que, en ráfagas, aprovechó con los inquietos Bradley Barcola y Khvicha Kvaratskhelia los espacios que dejaba el Bayern. El veterano cancerbero teutón se despachó con una tapada fenomenal para evitar que el georgiano rompiera el cero a los 32 minutos.
Como si la congoja por la lesión de Musiala hubiese paralizado las piernas de sus jugadores, el Bayern se vio desbordado en los primeros 10 minutos del complemento y estuvo a casi nada de hallarse en desventaja, pero Neuer se hizo gigante para evitar el tanto de Barcola. Tras ese chubasco inicial, el campeón de la Bundesliga recobró el mando del juego.
Los alemanes tenían la sartén por el mango cuando recibieron el golpe que cambió definitivamente el curso de la historia. A los 33 minutos, João Neves recuperó un balón en la mitad del campo, combinó con Achraf Hakimi, recibió la devolución del marroquí y habilitó a Doué. El jovencito, que cumplió 20 años hace un mes, despachó un zurdazo contra el poste izquierdo y logró lo que parecía imposible: batir a Neuer.
Si hasta entonces el Bayern había sido paciente y tenaz en su búsqueda, con la desventaja a cuesta se lanzó con menos prolijidad pero con intensidad redoblada a la caza de la igualdad. Los parisinos se refugiaron y se entregaron a la resistencia, sobre todo cuando se quedaron con 10 hombres, luego de que el ecuatoriano Willian Pacho le aplicara un durísimo planchazo a Leon Goretzka y viera la tarjeta roja. Ya en tiempo agregado y en una decisión apresurada del árbitro Taylor, Lucas Hernández también fue expulsado por un roce en el rostro de Raphael Guerreiro.
Con el Bayern completamente jugado en ataque, el PSG dispuso de dos chances de contragolpe. Primero el travesaño repelió un remate de Ousmane Dembélé (había ingresado por Barcola), pero la maniobra continuó y luego de una brillante acción individual de Hakimi, Dembélé se tomó revancha y estampó el 2 a 0 que valió un pase a las semifinales. De yapa, el elenco francés cortó una racha de cuatro derrotas consecutivas ante los bávaros (una de ellas, en la final de la Champions League 2019/20).
En la próxima instancia, el PSG enfrentará el miércoles a las 16 en el MetLife Stadium de East Rutherford (Nueva Jersey) al vencedor del choque que más tarde protagonizarán Real Madrid y Borussia Dortmund justamente en East Rutherford. Ese será su 64° partido en una temporada gloriosa que todavía puede regalarle algo más.